martes, 16 de junio de 2020

LA SITUACION CORONAVIRUS



Cuando oí hablar de que el coronavirus había aparecido en China (en un momento brumoso hace cinco meses, que parecen cinco lustros) sentí alarma. Pero como no se puede vivir con ese malestar, lo envolví con una venda de razón (ya creímos que venia el lobo con el SARS y con la gripe A y luego no vino). Creemos que la distancia nos protege...seguro que aquí no llega.
Identificarse y distanciarse son dos fenómenos psíquicos que experimentamos varias veces al día, de forma casi automática.
Y esta vez si vino el lobo. Los primeros casos en España junto con mensajes tranquilizadores de las autoridades me hicieron sentir exactamente lo contrario. En guardia. Esa amenaza incorpórea, casi abstracta fue transformándose en la impresión de ver llegar una tormenta.
qué confusión. qué amenaza, ahora sí, pegada al cuerpo.
Hoy, todo parece lejano, como una pesadilla, algo que no ha ocurrido en realidad, una novela, una película. Sin embargo sí ha ocurrido, y nos ha cambiado.
Rechazo el relato belicista de la crisis que hemos construido socialmente. No ha ayudado. Y me quedo  con el aprendizaje de que sólo la búsqueda de apoyo, sólo la solidaridad y el amor nos salvan.
Sólo la tribu nos salva.